Lamentablemente, no tengo fotos. Mira que lo he pensado veces: te tienes que llevar siempre el teléfono porque tiene cámara, nunca se sabe cuándo vas a necesitarla. A mí, el teléfono no me sirve para hablar, no me llama nadie. Bueno, sí, a veces me llama alguien que se ha equivocado de número, pero puedo estar muchos días sin utilizar el telefonito. Sin embargo, la cámara es muy necesaria. Si el otro día, cuando fui de paseo, la hubiera tenido, ahora podría poner aquí unas fotos ilustrativas. Quizá haya otra ocasión.
El caso es que después de dar el paseo habitual por el parque de Canyon Lake, nos metimos por la senda que discurre a la orilla del río Rapid. Yo lo llamo río porque es a lo que estoy acostumbrada en España, a los ríos pequeños que se llaman ríos, pero aquí al Rapid lo llaman creek, o sea, arroyo.
Nada más entrar en la senda, un arbolillo yacía en el suelo, tronchado, y otros dos mostraban un adelgazamiento notable en la parte baja del tronco. Los de alrededor habían sido ya protegidos con unas mallas para evitar más desperfectos.
¿Y quién está causando estos daños a los árboles? Pues unos vecinos que se han instalado en el barrio hace algún tiempo y a quienes todavía no hemos visto la cara: ¡los castores!
Y sin sierra ni ninguna otra herramienta más que sus poderosos dientes, se han construido su hacienda a la orilla del río y, por lo que se ve, parecen decididos a continuar su labor de ingeniería hasta levantar un dique que ya casi alcanza la otra orilla.
¡Cómo me gustaría verlos en acción, al natural!
Pues como no tengo fotos, enlazo un vídeo muy divertido.
http://www.youtube.com/watch?v=51UQghBtLuM&feature=player_embedded