Semillas de Noruega III

Durante todo el tiempo que me llevó terminar los nueve grandes hexágonos (recordemos que comprenden un total de 549 hexágonos pequeños y 1.080 triángulos), iba pensando en cómo ponerlos todos juntos. Decidí que debían ir sobre un fondo casi blanco. Sin embargo, me encontré con un poblema técnico muy difícil de resolver para una calamidad en geometría como soy yo. Sí, ya, ya sé que es una locura meterse a hacer estas cosas si una no se maneja bien con la geometría, pero si no existiera gente loca no habría manera de distinguir a los cuerdos.

Después de darle muchas vueltas al asunto, no me quedó más remedio que claudicar: en lugar de coser unas piezas blancas entre los hexágonos, pondría estos sobre una pieza de tela grande, aplicados sobre ella, cosidos a mano, con mucho hilo y mucha paciencia. También puse unos rombos grandes, hechos con un hexágono y dos triángulos, en las zonas libres entre los hexágonos. Me gustaba la idea de trabajar con diferentes escalas que le proporcionasen dinamismo al conjunto.

Una vez acabado el cuadro general, había que ponerle el marco, es decir, tomar una decisión sobre qué bordes ponerle. Quería algo sencillo, que no estorbase, pero que al mismo tiempo realzase el motivo principal, el cuadro en sí. Con los sobrantes de todas las telas que había utilizado, hice dos tiras de diferente anchura. Estas tiras están cosidas a máquina, pues no le veía yo sentido a coserlas a mano, sobre todo teniendo en cuenta que me quedaba por delante toda la labor de acolchado a mano.

No tenía ganas de hilvanar las tres capas de la colcha (la parte visible, el relleno y el forro trasero), pues es un trabajo arduo que por falta de espacio me obliga a permanecer en posturas terribles durante mucho tiempo. Así pues, me compré un bastidor de tres rodillos. Es un artilugio de madera enorme y hay que montarlo, lleva también su trabajo. En fin, puse la colcha en el bastidor y empecé a acolchar. Decidí un acolchado sencillo pero denso, de líneas rectas separadas medio centímetro unas de otras tanto en las zonas blancas como en los rombos. Los hexágonos pequeños van acolchados en su perímetro.

El resultado tiene muchos fallos técnicos, pero yo me inscribo en la tradición estética japonesa wabi-sabi, basada en la aceptación de la impermanencia, la imperfección y la incompletitud. Descubrí esta tradición hace relativamente poco tiempo y me parece que se ajusta bien a mis necesidades. O sea, que me conviene.

En todo caso, a pesar de las muchas imperfecciones, estoy satisfecha. Me gusta la colcha, me alegra la vista, me transmite energía y me produce un sentimiento de plenitud. He sido capaz de dedicarle cuatro años de mi vida, sin desfallecer, dejándola a ratos para hacer otras cosas pero volviendo a ella todo el tiempo. Despacio, con paciencia, disfrutando, meditando, midiéndome.

Aquí está el fruto que han dado las Semillas de Noruega.

FIN

29 comentarios

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29 Respuestas a “Semillas de Noruega III

  1. INCREÍBLE. Me dejaste con la boca abierta como una O. ¿Y esa joya será una colcha??? A mí me daría hasta miedo abrigarme con ella por miedo a arrugarla, a mancharla, a que le ocurriera la más mínima cosa. Es bellísimo, Ángela, bellísimo. Casi no puede creerse que esté hecho con pedacitos de tela e hilo y aguja. Pero claro: se necesita además talento, una enorme dosis de talento.
    Y las fotos son perfectas, y la explicación de tanto trabajo. Me encantaría verla en persona!

    • Sí, es una colcha. Es mi colcha, nuestra colcha. No nos abrigaremos con ella, sino que la pondremos encima de la cama para alegrarnos la vista pero la quitaremos cuando nos acostemos. De todos modos, recuerda la tradición wabi-sabi: impermanencia.
      Si quieres verla en persona, serás muy bienvenida. Y hasta podrás tenerla sobre tu cama los días que estés aquí (siempre y cuando no comas galletas encima de ella).
      Muchas gracias y un abrazo.

  2. No es solamente preciosa, es también el símbolo y la prueba de lo mejor de ti. Este tipo de proyectos donde ponemos sobre la mesa nuestra voluntad y nuestra esperanza son los que más me gustan. Enhorabuena, Ángela, has construido algo maravilloso.

    P.D: Por cierto, no conocía la tradición estética japonesa wabi-sabi y me interesa: a mí también me conviene.

  3. ¿Una impermanencia puede ser considerada obra de arte?
    Porque tú desde luego lo has conseguido, Ángela.
    En colcha y alma.
    Un beso

    • Muchas gracias, compañera. No es baladí lo de aceptar la impermanencia, la imperfección y la incompletitud, ¿verdad? Y no solo aceptarlo, sino elevarlo a la categoría de arte. Un abrazo.

  4. carol

    Carol.
    Hostias! Qué belleza, me he quedado de piedra, pero es una verdadera obra de arte, me encanta, madre mía que bonito, que bonito!. Bueno de verdad me he quedado… me ha encantado y creo que ha Guillermo también le va a gustar. Un trabajo precioso.

    Beso.

    • Pues todo esto empezó gracias a vosotros y a vuestra idea de regalarme aquellos dos trocitos de tela. Vuestro cariño y vuestro pensamiento están ahí cosiditos, para que no se escapen. Un abrazo muy fuerte y muchas gracias.

  5. Que precioisidad!!
    y que bien se siente una al acabar algo así.No es una colcha,es LA COLCHA.Cuatro años con sus lunas crecientes y menguantes,inviernos y veranos,alegrías y tristezas.
    Y que mas da si tiene imperfecciones,ya lo sabemos.No se trata sólo de coser…
    Besos

    • Sí, Marga, sí, muchas lunas y mucho de todo caben en cuatro años. Y, como tú siempre dices, la cantidad de cosas que han quedado cosidas entre todas esas puntadas. Muchas gracias y un beso grande.

  6. victoria

    Ha quedado preciosa, es imposible que se tenga tanta paciencia para hacer esta obra, que al verla, transmite esa sensación de bienestar y de armonía, yo también me apunto a Wabi-sabi, es una teoría verdadera, la perfección no existe, seríamos dioses, enhorabuena por esta preciosidad, yo he vuelto a bordar, pero la vista no me acompaña mucho, tendré presente tú tesón, para tenerlo yo.

    • Gracias, Tori. Ya ves que no es imposible, solo se trata de disfrutar de lo que uno hace, de no tener el objetivo de la obra acabada, sino de que el objetivo es el proceso en sí mismo.
      Ánimo con el bordado. Si la vista no te permite las puntadas pequeñas, hazlas grandes. Adapta el bordado a tus necesidades, no intentes adaptarte tú a las reglas que otros establecen para el bordado. Un abrazo.

  7. Creo que fue Homero quien lo dijo «lo importante es el viaje», no lo es llegar, ni como lleguemos, ni cuando, ni a donde, lo importante es el viaje. Kilometros de hilo y millas puntada tras puntada. Imagino a Homero arropado en esta colcha escribiendo a la luz de una vela ya vieja…»lo importante es el viaje».

    • Y de vuestro viaje surgió este viaje. Viajamos siempre, la vida es un viaje que nos lleva del pasado hasta el futuro. Pronto emprenderé otro viaje que me permitirá darte personalmente el abrazo que ahora te mando por este medio.
      (Afortunadamente, yo no he tenido que alumbrarme con una vela vieja para esta labor, qué privilegio.)

  8. barnichua

    Una auténtica labor de laboriosa abeja, que recuerda a una colmena «imperfecta».
    ¡Tú sí que «sabi»!

  9. Preciosa la colcha. Ganas me dan de robarte la foto y presentarla a algún concurso de fotografía de figuras geométricas.

  10. Sap

    .
    Qué maravillosa locura artesanal y geométrica. Dado mi tamaño, abrigarme con ella (por favor, dale a tal obra un valor funcional y no meramente decorativo) sería como penetrar en un caleidoscopio.
    Ha sido todo un placer asistir como lector al proceso. Tienes toda mi admiración.
    🙂

  11. marga marcos pascual

    Me siento abrumada, perpleja, ojiplática, orgullosa admirada, emocionada, sorprendida, maravillada. ¡Dios Santo! Y esa «obrita» ha salido de las manos de mi hermana pequeña. ¡Mamá, allá donde estés, enhorabuena por aquél parto!……. Y menos mal que estoy escribiendo un comentario, si tuviera que hablar…. no podría. Tengo tal nudo en la garganta, totalmente embargada por la emoción. Si, confieso que padezco el síndrome de Stendhal, pero esta creación (si la artista dice que es una colcha, lo será), me ha desbordado totalmente. VIVA EL ARTE EN TODAS SUS MANIFESTACIONES.

  12. Teresa G.

    Ver esas fotos y la habilidad y la fuerza de voluntad que las acompañan me parece un auténtico espectáculo.Un abrazo, Ángela. Y que se repita.

  13. Raúl Hernández

    Angela: yo no entiendo un pimiento del asunto éste de las colchas, pero más que inscribirse en el entorno de la filosofía japonesa wabi-sabi, creo que se merece un puesto de honor en el mundo confucionista: es un trabajo de chinos. Realmente muy sorprendente. Felicidades.

  14. Ángela, hoy he descubierto esta página y me he acordado de ti:

    http://www.mathematicalquilts.com/

    un saludo

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